viernes, 15 de junio de 2012


ENDOLIMAX NANA

Endolimax nana es un parásito comensal exclusivo del intestino humano, es decir, vive a expensas del hombre, mas no le ocasiona daño. Aunque no causa enfermedades en el hombre, ya que periódicamente se notifica casos clínicos de diarreas crónicas o enterocolitis o urticarias asociadas a su presencia.





Su presencia es un buen marcador de contaminación oral-fecal por los alimentos o agua en las poblaciones en donde a sus habitantes se les detecten el parásito.
La Endolimax nana, como el nombre de la especie pareciera sugerir es una ameba enana, rara vez midiendo más de 10 μm.


MORFOLOGÍA
Tiene dos estadios de desarrollo, uno trofozoíto y otro de quiste. Debido a su rol en el laboratorio clínico, los uistes son  formas de reconocimiento más importantes.
Tiene forma ovoide de color caoba intenso coloreado con Lugol, midiendo 5 - 7 μm a lo largo de su eje mayor.
 Lo más común es observar en el endoplasma 4 núcleos, sin cuerpos cromatoideos y glucógeno considerablemente difuso.
 Este parásito intestinal no es patógeno para el hombre aunque en ciertas circunstancias de inmunosupresión puede llegar a producir gastroenteritis.


TRANSMISIÓN
La transmisión al humano se produce con la ingesta alimentos contaminados con quistes de amebas, o bien por el contacto directo con fómites o manos contaminadas. La transmisión de la enfermedad es más frecuente en países con bajos recursos sanitarios y también en la población con relaciones sexuales de tipo fecal-oral.
Una vez que el hombre ha ingerido los quistes, éstos se transforman en trofozoítos en el tubo digestivo, principalmente en el colon, donde invaden la mucosa intestinal provocando la enfermedad y, eventualmente, migrando por el sistema porta al hígado y desde allí a otras localizaciones sistémicas (cerebro, hueso, etc). Los trofozoítos, a lo largo de su paso por el intestino grueso, se transforman nuevamente en quistes que son eliminados con la deposición. En las infecciones intestinales quistes y trofozoítos se eliminan en las heces.

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de certeza se hace mediante la demostración de los trofozoítos de E. histolytica en las heces, el colon, la pared del absceso hepático o en cualquier otra localización. Las muestras de heces deben estudiarse en fresco e inmediatamente después de su recolección, pudiendo visualizar los trofozoítos en movimiento.
Igualmente, se pueden realizar técnicas de detección molecular (PCR) o detección de antígenos en las heces u otras muestras, con una gran sensibilidad y especificidad.
En los abscesos hepáticos no suele ser preciso realizar una punción diagnóstica del absceso, tan sólo en aquellos casos con serología negativa y sin respuesta al tratamiento médico. La biopsia debe realizarse en los bordes del absceso ya que en el contenido pueden no encontrarse trofozoítos.

TRATAMIENTO

El tratamiento de la amebiasis invasora debe realizarse con metronidazol (500 mg/6 horas) durante 10 días, para destruir los trofozoítos y posteriormente con un amebicida intraluminal (paramomicina 500 mg cada 8 horas durante 14 días) para destruir las formas quísticas.
Los abscesos hepáticos amebianos deben tratarse con los mismos fármacos. En muy raras ocasiones estaría indicado un drenaje percutáneo del absceso. Estas situaciones serían una mala respuesta al tratamiento médico, un riesgo muy elevado de ruptura, en abscesos periféricos de gran tamaño, o una sobre infección bacteriana.
Existen otros fármacos de segunda línea con actividad amebicida pero son rara vez usados en nuestro medio.

PREVENCIÓN
El adecuado control sanitario del agua que se utiliza para beber y preparar o lavar los alimentos es el mejor método para prevenir la infección por amebas. No hay vacuna





                                                                   K.M.M